Blackmail es una película de suspense muda dirigida por el aclamado director Alfred Hitchcock en 1929. Este fue su primer largometraje sonoro, aunque también se lanzó una versión muda para aquellos cines que aún no tenían capacidad para proyectar sonido. La película está basada en una obra de teatro homónima de Charles Bennett, quien también colaboró en el guion junto a Hitchcock.
La trama de Blackmail gira en torno a Alice White, una joven que trabaja en una tienda de modas y tiene una relación con el detective Frank Webber. Sin embargo, todo cambia cuando Alice es atacada por un artista que conoce en una galería de arte y ella termina matándolo en defensa propia. A partir de ahí, Alice y Frank se ven envueltos en una serie de situaciones peligrosas y llenas de intriga, ya que el chantajista de Alice comienza a extorsionarla con pruebas del crimen.
La película es considerada una de las obras maestras de Hitchcock y una de las primeras muestras de su talento para el suspense y la tensión en el cine. A pesar de ser su primer largometraje sonoro, Hitchcock logra crear una atmósfera inquietante y misteriosa, utilizando recursos como el uso de sombras y ángulos de cámara para generar tensión en el espectador.
Uno de los aspectos más interesantes de Blackmail es el uso del sonido en la película. En una escena en particular, Alice se encuentra en su habitación, mientras el chantajista la está acechando fuera de su ventana. El sonido del viento y de la lluvia se intensifica, creando una sensación de angustia en el espectador, que se ve atrapado en la misma situación que Alice.
El reparto de la película está encabezado por Anny Ondra, una actriz checa que interpreta a Alice White. Sin embargo, su voz no fue utilizada en la versión sonora de la película, ya que tenía un acento muy marcado. Por lo tanto, su voz fue doblada por la actriz inglesa Joan Barry. A pesar de esto, Ondra logra transmitir la vulnerabilidad y el miedo de su personaje de manera magistral.
Otro aspecto destacado de Blackmail es la escena del asesinato, que fue filmada en dos versiones: una muda y otra sonora. En la versión muda, Hitchcock utiliza la técnica del “montaje paralelo”, alternando entre la víctima y el asesino, creando una sensación de suspenso y anticipación. En la versión sonora, se escucha el grito de la víctima y los sonidos de la lucha, lo que aumenta la intensidad de la escena.
La película fue un éxito en su época y recibió críticas positivas por parte de la prensa y el público. Sin embargo, también fue objeto de controversia debido a una escena en la que se muestra un beso entre Alice y Frank en una cama, lo que fue considerado escandaloso en ese entonces. Esta escena fue eliminada en algunas versiones de la película para cumplir con los estándares de censura.
Blackmail también tuvo su cuota de premios y nominaciones. Fue nominada a Mejor Película en los Premios Oscar de 1930, convirtiéndose en la primera película británica en ser nominada en esta categoría. Además, Hitchcock recibió el premio al Mejor Director en el Festival de Cine de Venecia de 1929 por su trabajo en la película.
En resumen, Blackmail es una película que marcó el inicio de la carrera de uno de los directores más influyentes en la historia del cine. Con su maestría en la creación de suspense y su innovación en el uso del sonido, Hitchcock demostró su talento y dejó una huella imborrable en el mundo del cine. Si aún no has visto esta joya del cine mudo, te recomiendo que la incluyas en tu lista de películas pendientes, ¡no te arrepentirás!
