La cena de los acusados es una película estadounidense de 1934 dirigida por W. S. Van Dyke. Basada en la obra de teatro homónima de Patrick Hamilton, la película es un clásico del género de misterio y suspenso que ha sido aclamado por la crítica y el público desde su estreno.
La trama gira en torno a una cena en la mansión de Sir William Gordon, un excéntrico millonario que ha invitado a un grupo de personas a su casa. Sin embargo, la noche toma un giro inesperado cuando uno de los invitados, el abogado Arthur Birling, confiesa haber cometido un crimen. A partir de ahí, se desencadena una serie de revelaciones y acusaciones entre los demás invitados, mientras tratan de descubrir quién es el verdadero culpable.
La película cuenta con un elenco de renombre, encabezado por el legendario actor John Barrymore en el papel de Sir William Gordon. Barrymore, conocido por su versatilidad y talento en el teatro y el cine, aporta su carisma y presencia a la película, convirtiéndose en uno de los puntos fuertes de la misma.
Otro de los actores destacados en La cena de los acusados es la actriz Marie Dressler, quien interpreta a la señora Lord, una de las invitadas a la cena. Dressler, una de las figuras más importantes de la época del cine mudo, logra cautivar al público con su interpretación de una mujer rica y excéntrica, pero a la vez vulnerable y con un pasado oscuro.
La película también cuenta con la participación de Lionel Barrymore, hermano de John Barrymore, en el papel del inspector Japp. Lionel, al igual que su hermano, era un actor de gran talento y prestigio en la época, y su presencia en la película le aporta un toque de seriedad y autoridad al personaje.
La cena de los acusados fue un gran éxito en su época, tanto en taquilla como en la crítica. Fue nominada a tres premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Actor para John Barrymore. Aunque no logró llevarse ninguna estatuilla, la película sigue siendo considerada una de las mejores adaptaciones de la obra de teatro y una de las mejores películas de misterio de la década de 1930.
Una de las anécdotas más interesantes sobre la película es que John Barrymore, quien tenía problemas con el alcohol, se presentó al rodaje en estado de embriaguez en varias ocasiones. Sin embargo, su talento era tal que lograba realizar sus escenas de manera impecable, a pesar de estar bajo los efectos del alcohol.
Otra curiosidad es que la película fue filmada en tan solo 16 días, un tiempo récord para la época. Esto se debió en gran parte a la habilidad del director W. S. Van Dyke, quien era conocido por su rapidez y eficiencia en el rodaje.
En resumen, La cena de los acusados es una película que ha dejado huella en la historia del cine, gracias a su intrigante trama, su elenco de renombre y su excelente dirección. Si eres amante del cine clásico y te gusta el género de misterio y suspenso, no puedes dejar de ver esta obra maestra del séptimo arte.